por ANDRÉS DELGADO // Desde el fondo oscuro me mira un cúmulo de ojos intimidantes, así que no hay de otra que gastarse una cerveza. Avanzo muy despacio por el pasillo. Así debe ser el infierno: largo, estruendoso y rojizo. No sé dónde sentarme. Este infierno tiene ventiladores y mujeres que cuchichean en las mesas y me miran como colegialas, las coperas.
Entradas
por ANDRÉS DELGADO // Las casas de masajes provocan curiosidad. Bien sea por la atracción que ejercen las mujeres fáciles y desconocidas o simplemente por calmar el deseo de saber cómo son estos lugares. La curiosidad comienza a picar al recibir, en el centro de la ciudad, un papelito de publicidad.
por PASCUAL GAVIRIA // Los siete días a la semana, las 24 horas del día dos despachadores se encargan de llenar los termos de 300 tinteras —el 90% son mujeres— que inician sus recorridos con la esperanza de cambiar los brebajes por monedas de 200 contantes y sonantes.
por RUBÉN VÉLEZ // No creo que Medellín sea la más educada. Eso sí, es la menos aburrida. Su parque principal ya es el escenario de dos circos. Uno de ellos, el más conocido, se llama “El show de La Danny”. ¿Qué nombre darle al otro? ¿”El don de la vida” o “La alharaca de Vallejo?”










