por JUAN LUIS MEJÍA //
Vivo con nostalgia de carnaval. Pero no es una nostalgia individual. Es la ausencia de la alegría colectiva de la sociedad de la cual provengo que, un buen día, decidió vivir en una especie de cuaresma perpetua (con todo lo que ello significa). Voy a tratar de explicarles el triple salto mortal que me ha llevado de la indiferencia y —por qué no— del reproche a la nostalgia del carnaval.

por JULIÁN ESTRADA OCHOA // Hice lo que hago siempre cuando tomo por primera vez un diccionario, pensé una palabra y procedí: árbol, arce, ardilla, areca, arenque, arilo… ¡Imposible! Se pifió el licenciado Gómez de Silva, se le embolató en su mesa de trabajo ni más ni menos que la palabra “Arepa”. Tranquilo Guido, de esto en Antioquia, tierra de areperos, nadie se entera.