Tranquilombia
por JAVIER MEJÍA
El exrepresentante a la Cámara Pablo Escobar Gaviria cumple cien días como presidente de Colombia. Con un programa de gobierno de corte popular, Escobar logró la simpatía necesaria para ganarse el corazón de los colombianos con frases pegajosas y contundentes, como “Vote por Pablo o negociamos con la viuda” o “Preferimos una tumba en Colombia que una presidencia de Barco”.
Pablo Escobar asumió el cargo el pasado 7 de agosto desde la Hacienda Nápoles, nueva residencia oficial y principal sede de trabajo del gobierno. El primer consejo de ministros se realizó allí y se destacó por su duración, tres días con sus noches, y la presencia del cantante vallenato Diomedes Díaz, varios grupos de mariachis y la gran Claudia de Colombia. Algunos vecinos aseguran que se oyeron disparos, pero es difícil confirmarlo por la cantidad de pólvora y el volumen de la música.
Este comportamiento generó incertidumbre en algunos sectores, pero el joven senador Álvaro Uribe ha hecho un llamado a la calma y ha asegurado que: “Pablo representa el cambio: su gobierno tendrá mano firme y corazón grande”.
De otro lado, las voces de la oposición, desde el exilio, han redactado una carta en la que han denunciado la organización criminal que estaría tras Escobar, pero las autoridades han desestimado el tema; el ministro de Gobierno, Alberto Santofimio, aseguró vehemente: “La verdad triunfa sobre sí misma, la mentira necesita siempre la complicidad”. Asimismo, el consigliere de la hacienda, José Obdulio Gaviria, aseguró de manera sibilina: “Colombianos, si se portan bien, Pablo me dijo que los va a llevar a todos a conocer el mar”.
El presidente Escobar no ha querido manifestarse sobre su gestión en estos cien días y se le vio melancólico entregando a la comunidad varias escuelas e inaugurando el Monumento al Parrillero, exquisita escultura que reposa hoy en el Parque de Berrío de Medellín.
Sin embargo, en la Hacienda Nápoles comienzan a circular rumores de que “Pablo está muy arrepentido” y que a menudo se le oye decir: “¡Estos hijueputas políticos me van a dañar, son más bandidos que yo!”.