por MARÍA ALEJANDRA BUILES // En las primeras décadas del siglo XX oleadas de mujeres de la clase baja caminaron a pie limpio, con costales a cuestas hasta llegar a la ciudad en busca de empleo. La joven fémina destacada por su fuerza y vigorosidad fue el prototipo femenino preferido para los empresarios emergentes con anhelo de progreso industrial.
Jeanneth Valdivieso, José Guarnizo y Luis Bonza, para La Liga Contra El Silencio y Vorágine
Isabela Puyana, para Mutante, con el apoyo de La Liga Contra el Silencio y Vorágine










