Cuando alguien dice que se siente orgulloso de ser negro (peor aún, afrodescendiente), algo anda mal.
Cuando alguien dice (o al menos lo piensa) que se siente orgulloso de ser blanco, algo anda mal.
Cuando alguien dice que se siente orgullosa de ser mujer, algo anda mal.
Cuando alguien dice (o al menos lo piensa) que se siente orgulloso de ser hombre, algo anda mal.
Cuando alguien dice que se siente orgulloso de ser gay, algo anda mal.
Cuando alguien dice (o al menos lo piensa) que se siente orgulloso de no ser gay, algo anda mal.
Cuando alguien dice que se siente orgulloso de ser paisa, algo anda muy mal.
Cuando alguien dice que su canción colombiana favorita es “Soy colombiano”, algo anda mal.
Cuando alguien dice que no le gusta el teatro, porque le sabe a hígado de perro, algo anda mal.
Cuando alguien dice que no se siente orgulloso de nada, algo anda más o menos bien.