Una muñeca que te desafía desde la seguridad de su belleza. Mientras los accesorios resultan onomatopeyas de heridas y dolor, el rostro es perfecto, pulido y lustrado sin la menor cicatriz ni huella de horror.
Milonga desconectada para un teléfono público
Fernando Mora Meléndez
28 mayo, 2025/por Laura AlmanzaEl último de los memoriosos
Sebastián Mejía
3 marzo, 2021/por Unv.CentroCasa de masajes
Andrés Delgado
17 febrero, 2011/por Unv.CentroLa última visita del Entelerido
Juan Carlos Orrego
10 noviembre, 2011/por Unv.Centro