Urabá es tal vez el mayor laboratorio de guerra y paz que ha tenido Colombia en su historia moderna. En los años sesenta y setenta fue una incubadora guerrillera con presencia del EPL y las Farc. Vinieron los procesos de paz y la aniquilación de los movimientos surgidos de las desmovilizaciones. Hace apenas unos días alias Karina habló de la responsabilidad de las Farc en el asesinato de desmovilizados del EPL. La misma región fue epicentro del surgimiento del paramilitarismo, la familia Úsuga, David, Otoniel et al, surgieron de procesos tempranos de desmovilización paramilitar en la zona de la mano de Fidel y Carlos Castaño. Las AGC comenzaron a expandir su franquicia desde esta zona, con la participación del Estado, empresarios y ganaderos, en las violencias persistentes está también comprobadas.

Lo que comenzó como una lucha ideológica terminó como una guerra con todos los ingredientes. Las últimas elecciones se han vivido con una calma impuesta y los votos siguen apuntando a la izquierda. En las pasadas presidenciales el voto por Gustavo Petro en segunda vuelta estuvo por encima del 65% en casi todos los municipios. Un comportamiento atípico en Antioquia y más cercano a lo que pasó en el Pacífico colombiano ¿Ese comportamiento se reproduce en las elecciones locales? Esa es una de las preguntas que intentaremos responder en nuestro programa del 5 de octubre.