CIUDAD DE NUNCA JAMÁS

Fotografías de Juan Fernando Ospina inspiradas en la colección del Cuentico Amarillo de la Fiesta del Libro y la Cultura.

“Le ofreció un tintico y se sentaron en las dos sillas de la única mesa del local y se miraron y ella empezó a hablar. Había algo en su manera de contar, de explicar, que lo tenía suspendido; era placer lo que le producía esa voz, una voz que lo calmaba desde adentro y le hacía relajar cada músculo para querer quedarse allí, escuchándola, para siempre”.

La muchacha de las mil y una historias. Claudia Ivonne Giraldo, 2012.

Carmenza en la madrugada. Calle 45a con Avenida del Ferrocarril. Medellín, 2024.

Las mil y una madrugadas

Por GABRIELA PUPO

Empezó la misa de las 5:00 a.m. Ha llegado el cuerpo de Cristo, la hostia de mejor color y sabor: el buñuelo. La comunión en la madrugada, el recibimiento de la luz que se ofrece a través de una vitrina con un grupo apiñado de buñuelitos rellenos de eco en su interior. Carmenza estira su mano, levanta una servilleta, y como un regalo del más allá, lo entrega al que llega hambriento a su chuzo. Y así mañana tras mañana. Uno para empezar, pedir dos de entrada sería restarle la magia al primer mordisco glorioso de la masa brillante en la oscuridad, el comulgante tendrá que soportar en su lengua las esquirlas hirvientes, y allí en el momento del soplo, del aire frío reemplazando el aire caliente, la palabra entra, el sermón de Carmenza. De cuerpo pequeño, con cejas delgadas en forma de arco, hipnotiza a los que pasan. Después llega el demonio, rompe con el retrato: el señor que pide bofe con huevo revuelto y arroz. Ah, y un buñuelo para los pesares.

5:00 a.m. Barrio Guayaquil, Medellín, 2024.