“La niña perdida espera a Peter Pan. Así calma un poco el miedo a las noches oscuras, a los ruidos extraños, al acecho de las fieras. Sabe que el trabajo principal de Peter Pan es encontrar a los niños perdidos y le parece que ahora en el mundo entero no debe haber una niña perdida que ella misma”.
La niña perdida espera a Peter Pan. José Ardila, 2024.
Niña perdida en las escaleras. Residencia Los Andes. Barrio Niquitao, Medellín, 2024.
La niña perdida
Por GABRIELA PUPO
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La niña lleva varios días sin hablar. La gente entra y sale por la escalera de la residencia, algunos tocan el cuadro de cristo, de mirada absorta, con algún indicio de esperanza y parte de engaño. Las escaleras terminan con la forma borrosa de alguna calle, los transeúntes esperan la llegada de una tercera cosa, lo mínimo, lo máximo. Todos gritan, no saben qué palabras gritan, mientras, la niña no piensa en lo que oye, no piensa en lo que ve. Toca su vestido, descubre los bordados de la tela, dibuja algo parecido en la pantalla, lo colorea de azul, luego de negro, luego de rosado, luego vuelve al color azul. La desesperación de la muchachita: aviso de batería baja, corre agitada a encontrar los dos huecos en la pared, para revivir al aparato. Espera, con la cabeza hacia abajo de la imagen de cristo, mientras un niño se le acerca, y le pregunta si le puede enseñar de qué color es su vestido.