Madre

Poema de John Galán Casanova

I

Nos inclinamos

para secarte

y calzarte.


Te ayudamos

a maquillarte

y vestirte.


Cantamos, pintamos, leemos.


Jugamos, deambulamos, oramos.                           


Alisamos el ser

como un guijarro.


A esta curva 

que nos regresa a la tierra

le decimos amor,

le decimos dolor,

le decimos la épica de los microactos,

lo atroz atroz,

lo atroz delicado, 

lo atroz llevadero.


II

Ad portas

de la eternidad,

vital y vegetal,

la rica viejecita

tiene 43 plantas

floreciendo en el balcón.



III

Rocío su cabeza

con un atomizador.


En Girardot

la temperatura promedio

rebasa los 30 °C.


Luis Tejada vino aquí

a fines de 1924

buscando curar sus males

y a los quince días expiró.


Regamos a mamá

con agua helada 

para que junto a sus 43 plantas

disfrute estas bodas

del cielo y el infierno.



IV

Aves del paraíso,

las heliconias

que trasplantamos                   

proliferan.


Los colibrís

las visitan.   


Aves lactando aves,

feria de néctar y polen,

bienaventuranza,                                        

summa cum laude

en jardinería.



V

Remontando

la ladera, 

la silla de ruedas

mi madre y yo

somos una muda

una lenta

una sola sombra larga.



VI

Y el cielo azul,

el firmamento empozado

en sus gafas negras.

VII

A falta de sosiego, 

a falta de luz

en las palabras

bueno es el tacto.


Ciegas aprendices,

las manos recorren

lunares y manchas,

tensiones y rasguños, 

tendones y cartílagos.


Con imperfectas manos

moldeamos tu torso.


Con aceite de almendras   

preservamos tu lozanía.



VIII

10 p. m.

Las prótesis en el vaso.


50 mg de trazadona, 

cuatro gotas de pasiflora

y dos de rivotril.


Buenas noches, madre.


Somos tus hijos.


Los dedos

de la mano nudosa y trémula 

que te sostiene.



IX

¿Despiadado yo?


¿Y la enfermedad y la vejez?


¿La vida, la muerte?


La corona de Cristo

despunta en el balcón

y en su lecho

mamá es un cuerpo en pena.


Despiadada la existencia,

despiadada la poesía.



X

¿Cuánto tiempo más así?


Horas que parecen días,

días que parecen noches.


Parí y crie.

Até y desaté.

Amé y desamé.


Soy fanática de tu obra, Señor.


Alabo

el trinar de las aves,

su vuelo, tus cielos.


Entrelazo las manos

y giro los pulgares

a la par del universo.


Agradecida, agotada, maltrecha,

reclamo tu atención.


Ahora que soy inflexible jaula,

exímeme,     

gradúame de agonías.    


Con tu venia

batiré las alas

y haré mutis 

más allá del sol.

*Poema del libro El inmortal, editorial Abisinia, 2021.