Número 143 // Marzo 2025

Nadia arriba

un poema de LAURA VICTORIA NAVAS

La novia de mi hermano
cinco veces su exnovia
me ha dicho
de mujer a mujer
que tiende hacia él.

La cuarta vez,
se mudan ella,
un pastor alemán y un gato tuerto
al apartamento de arriba
aquí, su casualidad.
Unas onces de nuevas vecinas
su versión de cada asunto
té de jamaica, él no se tiene que enterar.

Se entera.
Se dan la siguiente oportunidad
se ponen de familia clásica
y me asignan: la tía Laura
una copia de las llaves
paseadora del perro, mucama del gato
acudiente por devoción.
Las patas de los muebles
la bicicleta cuando la trepan por las escaleras
la nueva consola de ella
para cambiar de profesión y ser DJ
las peleas, los gemidos de madrugada
tapones en los oídos
una hermana no debe saber
si su hermano folla bien.

La quinta vez,
él la deja, se cortan.
Me pide que baje sus cosas
una silla giratoria de oficina
la misma bicicleta
supuestas herramientas de construcción
más relieve en mi piso.
Y arriba ninguno come.
Les explico a los animales
en español,
a ella le dejo una bolsa de agua caliente
sopas en la nevera.

Hasta que va dejando
de contestar.
Hoy el perro ya salió
hoy el perro no está
se fueron el perro y el gato de paseo.
La exnovia me dice
que mi hermano no puede verlos más
su castigo.
No se arriesga
a la lealtad de una hermana.

De madrugada, cuando
ella sale a ser DJ
el perro aúlla largo
me huele
ambos me huelen
a través del techo, menos de dos metros
pensarán que no quiero tocarlos
y el español nunca basta
mi voz será peor
golpecitos con los nudillos en la pared
alguna clave.