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- Domingos 11 a.m. 12:30 p.m
A pesar del decreto que sacó la Gobernación de Antioquia de debajo de la manga en horas de la mañana, la marcha del 1 de mayo recorrió las calles del centro de Medellín. El decreto mañanero prohibía la circulación a partir de las 12 del mediodía, pero la marcha siguió en línea recta. Los fallos y los decretos fueron combustible para la protesta. Publíquese y archívese.
La manifestación que avanzaba por las calles del barrio Boston, sumó mucha más gente mientras se dirigía hacia Manrique. Pasó por la iglesia sin bendición. Todo en tranquilidad y acompañada con cacerolas, gritos y aplausos desde los balcones.
Bajando Manrique seguían las consignas abolladas que duran más que los peroles. Rimas desde el principio de los tiempos. Media hora después del toque de queda decretado no pasaba nada que alterara el orden público. La marcha continuaba y ahora tomaba rumbo en dirección a Prado Centro. No había desmanes, la policía tranquila. Mucha gente y cada vez se sumaban más manifestantes.
La protesta no sale a recreo un Primero de mayo. La marcha adoctrinaba a su paso a niños del Hogar Infantil San José. En las calles y detrás de los muros con altas ventanas la consigna era la misma: “El-pueblo-unido-jamás-será-vencido, el-pueblo-unido-jamás-será-vencido…”. Marcha y recocha.
En las paredes empezaban a aparecer los mensajes con aerosol: “No + Duque”. Claro y sencillo, los marchantes pedían también el cierre del magazine televisivo “Prevención y Acción”.
Tres o cuatro horas de tranquilidad. Cuando la multitudinaria movilización estaba cercana al Parque de las Luces y a La Alpujarra empezó la coreografía con el Esmad. Que corren, que vengan, que vienen, que van… Arengas, aturdidoras, gases y algo más empezaron a aparecer con el peligro de generar un dolor de cabeza en caso de que los gases llegaran hasta el Puesto de Mando Unificado, donde las autoridades de la ciudad seguían en pantalla gigante los pormenores del clamor popular.
Con rumores de encierro en el Parque de las Luces, la gente seguía resistiendo y recibía ríos de indignados que continuaban llegando desde la Oriental, Bomboná y San Antonio. El covid parecía cosa de otros tiempos. Mientras seguían sonando aturdidoras y se armaba el despelote, a una muchacha le cayó algo, resultó herida y empezó a buscar a los paramédicos. La gente seguía animada esperando qué hacer.
Mientras en Las Luces había tropel, un poco más alejados, bajando por San Juan, a la altura de la Oriental, todo era fiesta. Bon Ice pa’ la garganta y Guanabanol pa’ lo que vendría porque las gargantas y los ojos se empezaban a resentir con los lacrimógenos. Los ánimos empezaron a subir y pa’ salir del Centro fue candela. Policía por todo lado y sin medir fuerza. Muy fuerte todo, muy fuerte la ciudad. Tensión y miedo todo el tiempo en el ambiente. Muchos militares, mucha policía y Esmad. Se disolvió mucho la marcha y estaban cogiendo a todo mundo.